INSOMNIO:
El sueño me persigue por las esquinas, siguiéndome pero sin alcanzarme. En cambio en mi cabeza y en mi cuerpo ronda una fría sensación de insomnio. Las bolsas de piel plegadas y oscuras se acumulan en torno a mis ojos, que como dos cavernas acumulan goteras y piedras.
Son las 6 de la mañana y otra vez esa luz me dirá que, que hago aquí tirado, en que desperdicio mi vida y a que perro serviré de alimento. Estoy en el sofá del salón consumiendo el último pitillo de una cajetilla de Lucky que baje a comprar hace tres horas. El último trozo de ceniza cae en el parqué, junto al cementerio de colillas que había formado a mi alrededor.
Me recuesto en el sofá pongo el antebrazo sobre la cara y trato de dejar de pensar, pero en mi mente no dejan de fluir imágenes, recuerdos, oportunidades y ese jodido pez qu me mira directamente a los ojos y mientras trata de morderse la cola me dice “no puedes” “no puedes, ni podrás”, y yo asiento, le miro con odio y me retiro al fondo de mi memoria oscura.
En ese momento me vuelvo a encontrar sudando, y tiritando. Uno de los primeros rayos entra por la ventana provocando la dilatación de mis pupilas. Me voy al cuarto del baño, extiendo my cuerpo en bañera como puedo, y tras un golpe a la rosca comienzo a notar como el agua va empapándome. Mis ojos se cierran en un sopor inaguantable, y un fluido rojo corre por las cañerías.
Sr. Rosa
Me gusta mucho este relato suicida de la sr. Rosa. Ánimo con esta asociación, teneis mi apoyo desde Pamplona. Un saludo.
ResponderEliminarOs comienzo a seguir. Me encanta esto, sr. Rosa.
ResponderEliminarUn saludo a todos!
Gracias a vosotros por estar ahí.
ResponderEliminarY por cierto, la Señora Rosa es en realidad EL Señor Rosa... (aunque os diré en privado que incluso entre nosotros dudamos de su sexualidad =P )