viernes, 21 de mayo de 2010

Verde azulado (Norma Jean)

Porque tus ojos son los únicos que quiero volver a mirar.

Mi única adicción.

La única sensación que me embriaga, profundizando, retorciéndose,

y a su vez, fluyendo como extensas oleadas de calor

provenientes de una mar rizada, que es su color.

Mi único vicio.

El resto de mi existencia se coordina dibujando sinrazones,

para así encontrar placebos que me hagan olvidarlos.

Sucedáneos.

Se me aparecen tonos aproximados al de la fruta del olivo;

pero me recuerdan demasiado a aquellas canciones

que solías susurrarme al oído...

Otras veces se asimilan más al punto exacto del otoño

en que los amantes y los odiantes encuentran su equilibrio

para fundirse con esa seronda que cubre los campos.

Pero ya nunca son los tuyos.

Siempre los de otros, mi amor.

No importa la infinidad de ojos en los que puedan verse reflejados

mis suspiros de placer, ni el tiempo que siga consumiendo esa sucia metadona

de orgasmos vacíos que todos ellos constituyen para mí.

Da igual. No funciona.

Pero sé que seguiré enganchada a ella hasta que encuentre ese color que sea

lo suficientemente parecido al tuyo, lo suficientemente parecido al mar;

como para que me haga desear ahogarme en sus violentas aguas día tras día,

como una vez hice contigo, y no deje que vuelva a acordarme de ti.

De ti, conmigo.

“Parada frente al mar

mientras el mundo gira”.

Norma Jean

jueves, 13 de mayo de 2010

PECIOS (Sick Boy)

Oscuridad que ilumina por dentro
limpia pura...pero sucia.
Pecios de mil barcos,
hundidos, ahogados, llorados.
Tristes en la espesura
de un mar que no cesa.

Violento, sin rumbo ni brújula.
La locura es utópica,
la rabia, misántropa,
escondida en la hendidura.
Hendidura de kilómetros
profunda, negra y a la vez brillante...


Sick Boy

miércoles, 12 de mayo de 2010

INSOMNIO (Sr. Rosa)


INSOMNIO:

El sueño me persigue por las esquinas, siguiéndome pero sin alcanzarme. En cambio en mi cabeza y en mi cuerpo ronda una fría sensación de insomnio. Las bolsas de piel plegadas y oscuras se acumulan en torno a mis ojos, que como dos cavernas acumulan goteras y piedras.
Son las 6 de la mañana y otra vez esa luz me dirá que, que hago aquí tirado, en que desperdicio mi vida y a que perro serviré de alimento. Estoy en el sofá del salón consumiendo el último pitillo de una cajetilla de Lucky que baje a comprar hace tres horas. El último trozo de ceniza cae en el parqué, junto al cementerio de colillas que había formado a mi alrededor.
Me recuesto en el sofá pongo el antebrazo sobre la cara y trato de dejar de pensar, pero en mi mente no dejan de fluir imágenes, recuerdos, oportunidades y ese jodido pez qu me mira directamente a los ojos y mientras trata de morderse la cola me dice “no puedes” “no puedes, ni podrás”, y yo asiento, le miro con odio y me retiro al fondo de mi memoria oscura.
En ese momento me vuelvo a encontrar sudando, y tiritando. Uno de los primeros rayos entra por la ventana provocando la dilatación de mis pupilas. Me voy al cuarto del baño, extiendo my cuerpo en bañera como puedo, y tras un golpe a la rosca comienzo a notar como el agua va empapándome. Mis ojos se cierran en un sopor inaguantable, y un fluido rojo corre por las cañerías.

Sr. Rosa